miércoles, 26 de enero de 2011

Un año, siete meses, dos días y tres tardes.


Desde muy niño me gusto coleccionar estampitas de luchadores. Recuerdo que las compraba en una tiendita cerca de mi casa Como es usual muchos de los sobres, contenían estampas repetidas como las de El Santo, Mil Mascaras, Canek, , Blue Demon, Fishman, Tinieblas. 
A mi faltaban, entre otras para llenar mi álbum; la figura de la parca, dificilísima de hallar. 

Se pedian hasta 8 perros Aguayos por un Dr. Wagner. Supongo que de ahí me viene la manía de entrar a cuanto concurso existe y jamás se los juro en ganado ningún premio, a mi me parece que todo este tipo de concurso esta amañado. 

Por los años que yo estudie física en Londres, un amigo me aconsejo que comprara unos cartones, para solucionar 15 rompecabezas, asegurándome que quien lograra armar todos ganaría una respetable suma en libras esterlinas. Yo realmente necesitaba el dinero y me di a la tarea de obtener y reconstruir los retratos. 

 Con el fin de no alargar el relato, quiero decirles que  casi complete mi colección (He aquí los nombres de los físicos: Alfred Nobel, Hawking, Kelvin, Anders Celsius, Alessandro Volta, Arquímedes, Oppenheime, Michael Faraday, Newton, Einstein, Kepler, Bohr y. Aston )                                                       
 Debo decir que para ello, había gastado bastante dinero de mi mesada. La competencia se volvió fiera. La fiebre de coleccionar se había extendido a todo el alumnado. Después dos meses, sólo me faltaba armar a Stephen William Hawking, para ganar tan preciada suma, pero yo solo tenia la silla, y parte de su rostro, me faltaban las piezas restantes.

 ¡Mi desencanto no podía ser mayor! Yo hice lo posible e imposible para lograr mi propósito, incluso salí a acompañar a una colega de estudios al teatro, a presenciar una estúpida obra de teatro de Agatha Christie: The Mousetrap. Fue tediosa, pero logré conseguir una pieza más, solo después de un beso horrible de aquella estudiante con frenos y de lentes, flacucha, huesuda, con poca carne, después de un beso debajo del resquicio de su puerta; en una noche, donde el culo, literalmente se me congelo, tras aquella larga, sosa charla, con la joven, con toda la vocación para ser una monja. Ahora que lo pienso ¡Quizá por eso soy soltero!.

Al otro día estaba entusiasmado, por que poseía otro trozo y me faltan solamente cuatro para ganar el premio. Me dispuse a desayunar un full breakfast consistente en panceta, huevos, tomates fritos o a la parrilla, champiñones fritos, tostada y salchichas, acompañado de una taza de té. 

Después del almuerzo, el día pintaba magnifico. Me dispuse a leer los diarios; la noticia principal del Daily Telegraph, así como la del Financial Times,  fue el gran y escandaloso timo del decano de la universidad, quien se había dado a la fuga, con la flacucha, con la que yo sufrí horas de verdadero tormento en el teatro y después a la intemperie, ante una Luna que ella se empeñaba en mirar, en aquel congelante clima.


La cantidad de dinero que aquellos dos se robaron fue enorme. Al hacer cuentas de lo que yo había pagado por los cartones de los rompecabezas, me dio tal jaqueca, que esa tarde para iniciar un ahorro substancial en mis gastos, sólo tome te y una aspirina. La dieta duro un año, siete meses, dos días y tres tardes. ¡Pues si que caí en la ratonera y lo que adelgace!

Los concursos, todos son un fraude. ¡Mi consejo es que usted no lo intente! ¡La publicidad es engañosa!.












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