martes, 11 de diciembre de 2012

Las peripecias de un Oso: ¡Cuidado con el muro!


Mis discípulos antes de partir de vacaciones me han regalado una playera (foto de arriba) que como pueden ver tiene a un joven Oso, ademas el osezno porta una patineta. Valla, que la playera no vale ni los 79.80 pero se agradece el gesto.

Mi ego quiere que les cuente que soy un experto, un equilibrista sobresaliente sobre la patineta. Por mucho tiempo practique el Skateboarding. ¡Ahhh recordar es vivir!.

 Parece que fue ayer cuando salia de la cama harto temprano para practicar.  En 1976 tuve el honor de estar presente en la inauguración del primer skate park en  Puerto Orange, Florida, el Skateboard City. ¡Que bellos tiempos cuando participaba en los concursos a que  convocaba el Instituto de la Juventud del Distrito Federal y que signaba mi "cuate" el arquitecto Hidalgo, Director General del mismo!



Siempre he sido honesto con ustedes. Les cuento, estrene mi camiseta y salí a la calle a presumirme a mi mismo, lo bueno que soy aún en la patineta y termine en el periférico, salvándome por muy poco de ser atropellado. 

Yo iba cuesta abajo, feliz, deslizándome  montado sobre la madera con ruedas, sintiendo la brisa en mi rostro. ¡Cuando de pronto de la nada salieron dos vándalos! ¿de que otra manera puedo llamar a estos mequetrefes? ambos  me golpearon de cada lado,  (tengo la impresión que se pusieron de acuerdo) y de pronto me dirigía sin ningún tipo de control, a estrellarme en contra de  un muro. ¡Que ironía la pared tenia un letrero que decía: Cuidado con el muro!  

En ese momento recordé todos los Post que he escrito hasta el momento ( incluso aquel titulado "Los letreros tontos") en una fracción de minuto, repasando mi vida que la creí perdida. Maniobre bruscamente y fui a parar al interior del periférico. Eso sí, hice gala de toda mi pericia y caí parado sobre la tabla (que en ese momento crucial se partió en dos) cuando oí el chirrido de las llantas de un auto, aunado al mal olor del hule quemado. Por suerte el conductor del taxi freno a tiempo.

Como no llevaba dinero, al dejarme en la clínica del seguro, el taxista, se cobró con mi camiseta. 

¡Ya juntare para otra! Me duele todo el cuello y la baja espalda

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