martes, 25 de diciembre de 2012

Mi regalo de Navidad.


Mi hermoso pijama.

Mi buen amigo Julio González Alonso me ha enviado esta clase por email que comparto con todos ustedes. Su misiva tiene relación con serie de errores que cometí con el uso de la coma en mi ultimo libro de "Ke Sudo"

Quizá les sirva a ustedes:

Una coma puede ser una pausa - o no...
No, espere.
No espere.
...
Puede hacer desaparecer su dinero.
23,4.
2,34.

Puede significar una victoria... o una derrota.
Vencedores, no derrotados.
Vencedores no, derrotados.

Puede ser la solución.
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.

Cambia una opinión.
No queremos saber.
No, queremos saber.

La coma puede condenar o salvar.
¡No tenga clemencia!
¡No, tenga clemencia!

Una coma hace la diferencia entre dos puntos de vista. 


Imaginemos el siguiente ejercicio:

Ponga la coma donde corresponda en la frase siguiente: 


SI EL HOMBRE SUPIESE EL VALOR QUE TIENE LA MUJER SE ARRASTRARÍA EN SU BÚSQUEDA.

Probablemente una mujer pondría la coma detrás de la palabra mujer; pero es más probable que un hombre la escribiera detrás de la palabra tiene. En cualquier caso, no es lo mismo.

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Este post lo barnice con un poco de cultura. Pero como me debo a ustedes les confieso que la autentica motivación ha sido el fantástico regalo que mi amigo Obre Rón ("Watson", mi lacayo en mis correrías detectivescas) me ha hecho. Ni mas ni menos que un bello pijama, con el cual ya todas las noches serán una experiencia sin igual con él. 

¿El, se acentúa o no? ¡Bueno en todo caso tendré que pedirles a mi amigo Alonso unas lecciones sobre el uso del tilde! Por favor guarden el secreto, este post lo escribí mientras el titular del blog dormía durante la Noche Buena. 
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Al fin que la creación del autor (como lo soy yo) aveces cobra vida, tan solo por hacer el OsO. Seguramente no me dejaran hacerlo más.

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